Ella lo dijo tan fácil y tan sencillo. Tranquilizándome, llevándolo pausadamente, sin preocuparme por lo que no es menester (no “preocuparme” sino “ocuparme “ dijo alguien más alguna vez) Deshazte de esas quimeras y disfruta el ultimo mes que vivirás con tus veintitrés, ya que es la única vez que los tendrás. Después habrá tiempo, aunque no me creas mucho, para enderezar timones , para deslindar metas, y soltarse de esa sensación de estancamiento.
Por muchas razones puedo afirmar que no es cierto eso de que todos los años es lo mismo. Varía, pero el núcleo de las crisis es el mismo. Tengo planeado, para la fecha de mi cumpleaños, un deseo algo diferente, y tú eres parte imprescindible en este capricho. Mantente al tanto de este lugar por que el último día de agosto en mi afán chiflado voy a pedirte un regalo.
Te traes diluvios que bañen ocasiones inauditas y relámpagos profetas que hablan entre líneas, consejos que sería conveniente tomar.
Te quiere
Mamá