29 de septiembre de 2008

El tercer día no vale la pena mencionar. El cuarto día, el ave negra se batió a duelo con una gata que sufría algún desorden psicológico, en un cuarto reconfortante, a lado de alguien reconfortante.
Sus plumas negras se llenaron de pelos blancos, y su pico cansado se fue con un dulce sabor de boca.
A propósito, fue un empate.

Te traes siete abrazos en la oscuridad, y dos mordidas temerarias al unísono.


Te quiere
Mamá

7 comentarios:

Rod Zila dijo...

Muak, genial.

Aunque las rayas del cuaderno como que le quitan no sé, alguito.

Saludos!

Sue dijo...

¡Uy! abrazos y mordidas... qué ganas de...

mamá logón dijo...

es mucho pedir mas de esos mañana también?
yo creo que no y ustedes

Sue dijo...

No, no es mucho pedir, es lo justo. Los besos al menos entran en la categoría esta de ganar-ganar de la teoría de juegos

mamá logón dijo...

ay sue,si al menos el "player 2" pudiera interesarse en esa teoria... pero al parecer ya no

Sue dijo...

Me ofrecería a un toneo de abrazos y mordidas... pero resulta que ahora tengo novio y él no me permite besar a nadie más que a mujeres =(

Tutin dijo...

Que valiente fue al peliar con un gato, son de lo mas mendigos suelen decir.
Que bonita ilustracion :)