A estas alturas, contrairement aux d'Hadrien, yo no convierto en dios al primer jovenzuelo barbilampiño que se me cruce por enfrente. Sin embargo eso no me excluye de tomar parte en alguno que otro rito por mero divertimento y sin necesidad de sacramentos jurados que me comprometan.
Te traes falsos ídolos que intenten promocionar a este barbiluengo escéptico lo que vienen siendo sus juveniles dogmas.
Te quiere
Mamá
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